miércoles, 27 de abril de 2011

Hitler No Se Suicido

Siempre hemos comentado que los misterios relacionados a la segunda guerra mundial, más específicamente con los nazis o sus líderes, son innumerables, pero sin duda uno de los más famosos (e impactante) es el hecho de que Hitler no hubiera muerto en Berlín y que hubiera logrado escapar.

Abel Basti, un periodista argentino, declaró haber encontrado pruebas que demostrarían que Adolf Hitler no se suicidó en 1945 como aseguran todas las fuentes oficiales.

Es una "leyenda urbana" muy conocida la de que Hitler huyó de su fatídico destino tras la entrada del Ejército Rojo en las calles de Berlín que acabaron con la capitulación del III Reich frente a Stalin y el resto de fuerzas aliadas. Son también conocidas las hipótesis que hablan de asentamientos nazis en América del Sur, principalmente Chile. Algunas de estas hipótesis siempre barajaron la posibilidad de que el mismo Adolf Hitler estuviese en uno de esos "paraísos nacionalsocialistas" en América.

Muchos dirigentes del III Reich y de su maquinaria de destrucción en Alemania y los demás países del Eje huyeron a América vía España y Austria. El gobierno de Franco ayudó a muchos a huir, y el de Perón a refugiarse. Son conocidos varios casos en Argentina investigados por el Mosad, así como las ya citadas colonias de Chile. Menos conocidos son los casos del sur de Brasil, donde se alojaron muchos nazis austriacos y Uruguay y Paraguay donde incluso participaron en la segunda mitad del siglo XX en la creación de Juntas Militares que instauraron sendas dictaduras.

Todo esto es conocido y fácilmente demostrable, lo sorprendente sería probar que entre todo ese tránsito de genocidas que escapaban de la justicia internacional con el beneplácito de las dictaduras hispanoamericanas también hubiera participado el mismísimo Führer.

Basti dice tener pruebas que aseguran que Hitler, Eva Braun y 13 de sus hombres llegaron a Barcelona el 27 de abril de 1945 desde Linz en un Junker 290, número de serie 0163, código PIPQ. Una vez que llegaron a España, se subieron a un submarino y fueron rumbo a Argentina, donde termino sus vidas apaciblemente.

Las pruebas que Basti aporta consisten, entre otras, en un supuesto documento del FBI de 1947, en el que se dice que agentes norteamericanos buscaron a Hitler en España. No todos los dirigentes nazis que huyeron del III Reich a España después dieron el salto a América. Muchos se quedaron viviendo placenteras jubilaciones en la Costa del Sol, Madrid o Mallorca, por citar unos ejemplos. También son conocidos muchos dirigentes Croatas que vivieron en Canarias hasta que se reinstauró el régimen croata en 1991, reviviendo nuevamente en la Guerra de los Balcanes los genocidios ya practicados durante la Segunda Guerra Mundial. El documento concluye que Hitler no estaba en España. Basti dice que es porque ya estaba en Argentina, pero obviamente esto prueba que para el FBI Hitler podría no estar muerto.

Pero quizá su mayor prueba es tener testigos que afirman haber visto y hablado con Hitler en Argentina durante finales de los años cuarenta y durante los años cincuenta.

Si a todo esto le agregamos la noticia de que se comprobó que el cráneo que supuestamente pertenecía a Hitler corresponde al de una mujer (por lo que no existen restos oficiales), la hipótesis de que Hitler escapara de Berlín se hace más fuerte que nunca, y aunque parezca una injusticia tremenda, el Führer probablemente paso sus últimos años tranquilo y hasta disfrutando de la vida.

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